La Hemorragia Intraventricular
La hemorragia intraventricular (su sigla en inglés es IVH) es el sangrado dentro o alrededor de los ventrículos, que son los espacios en el cerebro que contienen el líquido cefalorraquídeo.
- "intraventricular" significa dentro de los ventrículos
- "hemorragia" significa exceso de sangrado
La hemorragia intraventricular es más común en bebés prematuros, especialmente en bebés cuyo peso es menor que 1500 gramos al nacer (3 libras y 5 onzas).
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No se sabe con claridad por qué se produce la hemorragia intraventricular. El sangrado puede ocurrir porque los vasos sanguíneos del cerebro de un bebé prematuro son muy frágiles e inmaduros y se rompen con facilidad. Los bebés con problemas respiratorios, como la enfermedad de la membrana hialina u otras complicaciones de la prematurez, son más proclives a padecer una hemorragia intraventricular. Cuanto más pequeño y prematuro sea el bebé, mayores serán las probabilidades de que sufra una hemorragia intraventricular. Casi todas las hemorragias intraventriculares ocurren dentro de los primeros tres días de vida.
El sangrado en el cerebro puede ejercer presión sobre las células nerviosas y dañarlas. El daño severo a las células puede ocasionar daño cerebral.
La cantidad de sangrado varía. La hemorragia intraventricular suele describirse en cuatro grados:
- Grado 1 - el sangrado ocurre sólo en una zona pequeña de los ventrículos.
- Grado 2 - el sangrado también ocurre dentro de los ventrículos.
- Grado 3 - la sangre agranda los ventrículos.
- Grado 4 - la sangre ingresa en los tejidos cerebrales alrededor de los ventrículos.
Los grados 1 y 2 son los más comunes y por lo general no hay más complicaciones. Los grados 3 y 4 son más graves y pueden ocasionar daños cerebrales al bebé a largo plazo. Es posible que se desarrolle hidrocefalia (demasiado líquido cefalorraquídeo en el cerebro) luego de una hemorragia intraventricular severa.
A continuación se enumeran los síntomas más comunes de la hemorragia intraventricular. Sin embargo, cada bebé puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
- apnea y bradicardia (interrupción de la respiración y disminución de la frecuencia cardíaca)
- labios pálidos o azulados (cianosis)
- instinto de succión débil
- llanto agudo
- convulsiones
- hinchazón o abultamiento de las fontanelas, las "partes blandas" entre los huesos de la cabeza del bebé
- anemia (bajo nivel de glóbulos rojos)
Los síntomas de la hemorragia intraventricular pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas médicos. Siempre consulte al médico de su bebé para obtener un diagnóstico.
Además de los antecedentes médicos completos y un examen físico, se suele utilizar una ecografía craneal (de la cabeza) para diagnosticar la hemorragia intraventricular. En esta prueba se utilizan ondas sonoras para generar una imagen de las estructuras internas. Con una ecografía craneal se puede ver el interior del cerebro del bebé a través de las fontanelas, que son los espacios entre los huesos de la cabeza del bebé. Con la ecografía, además, es posible clasificar la cantidad de sangrado.
No hay un tratamiento específico para la hemorragia intraventricular, excepto tratar cualquier otro problema de salud que pueda empeorar el trastorno. Si bien el cuidado de bebés enfermos y prematuros ha avanzado mucho, no es posible prevenir que ocurran hemorragias intraventriculares. Sin embargo, se ha demostrado que administrar medicamentos (llamados corticosteroides) a la madre antes del parte disminuye el riesgo de hemorragia intraventricular en el bebé. Estos esteroides suelen administrarse a las mujeres de entre 24 y 34 semanas de gestación que corren riesgo de parto prematuro.
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